El Sábado 27 y el domingo
28 de septiembre en el teatro Gran Rex
se presentó el “Profesor de la Guitarra”,
Joe Satriani. Con la totalidad de
entradas vendidas, y después de ya muchas visitas a la Argentina se aseguró de
dar un show de dos horas a la altura de las circunstancias.
Fotografia tomada de la Web
Eran las 20 hs del día domingo y el teatro estaba colmado de gente de todas las edades. Si hay algo que produce este virtuoso guitarrista es una gran variedad de fanáticos, ya sea por sus distintos estilos que atraen tanto a hombres como mujeres, su inusual manera de tocar la guitarra que alienta a jóvenes de todo el mundo a seguir sus pasos y sus casi 30 años de carrera que cautivaron a miles de adolescentes, ya adultos. Con la precisión característica en su forma de tocar, el show empezó puntual al horario estipulado y la música fuera de este mundo del Alíen, como lo llaman sus fanáticos, comenzó a sonar.
Fotografia tomada de la Web
Eran las 20 hs del día domingo y el teatro estaba colmado de gente de todas las edades. Si hay algo que produce este virtuoso guitarrista es una gran variedad de fanáticos, ya sea por sus distintos estilos que atraen tanto a hombres como mujeres, su inusual manera de tocar la guitarra que alienta a jóvenes de todo el mundo a seguir sus pasos y sus casi 30 años de carrera que cautivaron a miles de adolescentes, ya adultos. Con la precisión característica en su forma de tocar, el show empezó puntual al horario estipulado y la música fuera de este mundo del Alíen, como lo llaman sus fanáticos, comenzó a sonar.
El setlist fue mayoritariamente compuesto por temas de su último disco Unstoppable Momentum y hacia el final se fueron vislumbrando unos pocos clásicos del músico que pusieron la piel de gallina a más de uno. Si bien es cierto que Satriani ya estuvo en el país tanto solista como con su proyecto G3 contó con modificaciones en su equipo. Esta vez lo acompañaron Bryan Beller en bajo y Marco Minnemann en batería de la banda The Aristocrats. Pero no podía faltar su buen compañero Mike Kenneally que además de tocar los teclados como siempre, aumentó la apuesta y se calzo la guitarra para segundearlo.
El viaje comenzó.
Nuestro capitán nos mostraba en cada nota, ritmo, silencio un sentimiento plasmado
en su guitarra. Pasando por distintos climas, historias y sentidos sin decir
una palabra más que un título, entendíamos a la perfección lo que esta criatura
nos quería decir en cada parada hacia un planeta totalmente distinto. Durante la
primer hora del recital tocó: Jumpin' In, Devil's Slide, Fliying In a Blue Dream, Unstoppable
Momentum, The
Weight of the World, Ice 9, The Crush
of Love, I'll
Put a Stone on Your Cairn, A Door
into Summer, Lies and
Truths. Para este entonces la tripulación
estaba hipnotizada con los sonidos ya conocidos por sus oídos dejándose llevar
por la conexión entre ellos y sus recuerdos más individuales y profundos. Para
la segunda hora ya estaba sonando el gran Satch Boogie que hizo saltar a
más de uno de la silla deseando que el teatro se convirtiera en un gran estadio
para poder bailar al ritmo de la música y siguió con otra lista esta vez un
poco menos intercalada en cuanto a temas nuevos como Shine on American
Dreamer y Three Sheets to the wind y mas abocada a los clásicos que todos
querían escuchar: Cryin’, Time Machine, Always with Me, Always with You y
Surfing with the Alien, dividido por un solo de batería de Minnemann que dejo a todos enloquecidos
por su gran versatilidad.
Por último llego el momento de los bises.
Estos cuatro músicos que ciertamente sonaban como una gran orquesta decidieron
dejarle la batuta al público y llegó el espacio que los argentinos sentimos
como propio : el tema Crowd Chant, en el que los presentes deben corear
a la perfección las notas tocadas por el virtuoso guitarrista como fieles
alumnos del Professor Satchafunkilus. Al cumplir como si fuera una pavada (teniendo en cuenta nuestro historial
como coristas profesionales) le regalamos, porque no, unos coros en su último
tema Summer Song con el que culminó el show. El público aplaudió de pie,
regresamos sanos y salvos al planeta Tierra y como dato extra se puede decir
que un fanático causó risas entre los músicos, tras escribir en un papel “Marco
Rules!!, Mangini ¿?” haciendo alusión al talentoso baterista Mike Mangini que casualmente se
encontraba en Buenos Aires con la banda de Progresivo Dream Theater , cuyo puesto fue disputado, tanto por Minnemann como Mangini luego de la salida de Mike
Portnoy en 2010.