Foto extraida de la web, Creditos a su dueño.
Era un sábado caluroso el del 7 de marzo del 2015. La gente
aguantaba debajo del sol salvaje desde
temprano para cumplir el sueño de tener a sus ídolos cara a cara. Ya agotados
por las condiciones climáticas aceptaron el desafío que tenían por delante con
mucha convicción; después de todo no entendían muy bien las causas de esta reunión,
pero la esperaban con muchas ansias. Mientras tanto, los tres ex -Guns tenían muy
en claro lo que nos querían decir y cada uno tuvo su oportunidad de demostrarlo.
Las puertas se abrieron a las 17 hs y una hora después ya
estaba tocando Gilby Clarke. ¿El
motivo? La amistad. El guitarrista eligió a la banda argentina Coverheads para tocar con él, admitiendo que se encontraba entre amigos y
seleccionó un setlist completo y variado que resumió su carrera y que en
algunos momentos, parecía repetir imágenes fugaces y sepias de aquellos 16 y 17
de julio de 1993: Alien, Motorcycle Cowboys,
Black, Monkey Chow, Cure me… or kill me, Knockin’ on Heaven’s Doors, Dead Flowers
y Tijuana Jail. El sol se iba ocultando, la fatiga desapareciendo y los
sentimientos querían empezar a salir, pero todavía faltaba mucho más por
delante.
Desde la introducción de Guns n Roses al Rock and
Roll Hall of Fame que se sabe porque Duff
McKagan aceptó bajar al continente en esta ocasión, para sumarse a lo que
en un comienzo iba a ser un recital más de SMKC:
por los fans. Como bonus track vino acompañado por Mike Squires, Jeff Rouse e Isaac Carpenter para tocar una vez más
los clásicos de su proyecto solista Duff McKagan’s Loaded: Sick, Executioner’s Song, We Win, Sleaze
Factory, Dead Skin, Dark Days, Seattlehead, Lords of Abbadon. De su etapa
solista sonó el preciado Believe in Me
y el favorito de la lista So Fine.
Tampoco podían faltar los covers punk
reversionados en sus años gunner New Rose
y Attitude acompañado por Gilby,
que vaticinaban lo que iba a pasar dos horas después. Por otro lado el público dejaba
muy en claro lo que quería, como una especie de manifestación se dejaban llevar
por esas pequeñas dosis que le suministraban los dos músicos y deseaban casi
sin disimular a la banda más peligrosa del mundo de vuelta.
A las 21 hs se apagaron las luces y salieron a escena Slash, Myles Kennedy y los Conspirators,
con Todd Kerns en Bajo, Brent Fitz en batería y Frank Sidoris en segunda guitarra,
presentando su nuevo disco World on Fire . Siguiendo la línea de
sus compañeros de ruta fusionaron temas nuevos, viejos, covers , además, como
no podía ser de otra manera los clásicos de GNR en los que luce su virtuosismo y
que fueron hitos de la música de los años 90. El carismático Myles Kennedy compró a los argentinos
una vez más con su amplio registro vocal y hasta se animó a hablar en
castellano en más de una ocasión. A continuación sonaron los temas: You
are a Lie, Nightrain, Halo, Back from Cali, Wicked Stone, Automatic Overdrive,
Mr Brownstone, You could be Mine, Fall To Pieces, Beneath the Savage Sun,
Starlight, World on Fire, Anastasia,
Sweet Child of Mine y Slither. En otros momentos Todd Kerns se adueñó del micrófono y
con una voz mas áspera y cercana al rock agresivo se encargo de los temas de
esa índole como fueron: We’re All Gonna
Die y Welcome to the Jungle. Otro de los momentos más recordados fue
durante Rocket Queen en el cual El
Negro tocó uno de sus solos haciendo emocionar a todos los presentes
con esa pasión que solo él sabe transmitir y que conquista a un público tan cálido
como es el argentino.
Después de dos horas de satisfacción sumadas a las otras dos
horas anteriores la banda dio paso a los bises y con ello también a las
sorpresas. Primero tocaron It’s so Easy
con Mckagan y después Paradise City sumando a la escena a Clarke; ahí estaban: el presente y el
pasado juntos, dieron la sensación de estar presenciando un momento diferente
pero de algún modo familiar. Una fiesta de papeles de colores y humo seguido
por músicos que compartían miradas cómplices y sonrisas… por último un público
emocionado, con emociones encontradas, saltando y cantando con la poca energía que
les quedaba tuvo que corear al unísono: “GUNS N’ ROSES GUNS N’ ROSES” como en los viejos tiempos, los conspiradores con una gran humildad se
sumaron al pedido y los tres amigos se encontraron presos de su propia trampa. El
objetivo del Galera para su querida
Buenos Aires estaba cumplido: era un regalo. Pero también despertó un deseo
dormido y mucho más ambicioso. Su respuesta fue un tanto contradictoria “Tienen que sacar eso de su sistema, ¿saben?
“Y a continuación sonrió dejando lugar a la duda una vez más sobre la tan
esperada y utópica reunión.
¿Axl Rose y Slash
habrán resuelto sus diferencias y tendremos la oportunidad de tenerlos otra vez
en el lugar del último abrazo? No se sabe, pero lo que si quedó visible es la retribución
de estas tres nuevas bandas por todo el cariño que los fans latinoamericanos
les ofrecieron durante años y eso es lo que importa, para lo demás habrá que
esperar.