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3/10/2015

BUENOS AIRES: CIUDAD PARAISO

“Llevame abajo a la ciudad paraíso donde el pasto es verde y las chicas son lindas” Slash tocó en Mandarine Park y esta vez volvió a su lugar favorito en el mundo con nada más y nada menos que Gilby Clarke y Duff Mckagan como regalo exclusivo para los fans sudamericanos.


Foto extraida de la web, Creditos a su dueño.


Era un sábado caluroso el del 7 de marzo del 2015. La gente aguantaba debajo del sol salvaje desde temprano para cumplir el sueño de tener a sus ídolos cara a cara. Ya agotados por las condiciones climáticas aceptaron el desafío que tenían por delante con mucha convicción; después de todo no entendían muy bien las causas de esta reunión, pero la esperaban con muchas ansias. Mientras tanto, los tres ex -Guns tenían muy en claro lo que nos querían decir y cada uno tuvo su oportunidad de demostrarlo.

Las puertas se abrieron a las 17 hs y una hora después ya estaba tocando Gilby Clarke. ¿El motivo? La amistad. El guitarrista eligió a la banda argentina Coverheads para tocar con él,  admitiendo que se encontraba entre amigos y seleccionó un setlist completo y variado que resumió su carrera y que en algunos momentos, parecía repetir imágenes fugaces y sepias de aquellos 16 y 17 de julio de 1993: Alien, Motorcycle Cowboys, Black, Monkey Chow, Cure me… or kill me, Knockin’ on Heaven’s Doors, Dead Flowers y Tijuana Jail. El sol se iba ocultando, la fatiga desapareciendo y los sentimientos querían empezar a salir, pero todavía faltaba mucho más por delante.

Desde la introducción de Guns n Roses al Rock and Roll Hall of Fame que se sabe porque Duff McKagan aceptó bajar al continente en esta ocasión, para sumarse a lo que en un comienzo iba a ser un recital más de SMKC: por los fans. Como bonus track vino acompañado por Mike Squires, Jeff Rouse e Isaac Carpenter para tocar una vez más los clásicos de su proyecto solista Duff McKagan’s Loaded: Sick, Executioner’s Song, We Win, Sleaze Factory, Dead Skin, Dark Days, Seattlehead, Lords of Abbadon. De su etapa solista sonó el preciado Believe in Me y el favorito de la lista So Fine. Tampoco podían  faltar los covers punk reversionados en sus años gunner New Rose y Attitude acompañado por Gilby, que vaticinaban lo que iba a pasar dos horas después. Por otro lado el público dejaba muy en claro lo que quería, como una especie de manifestación se dejaban llevar por esas pequeñas dosis que le suministraban los dos músicos y deseaban casi sin disimular a la banda más peligrosa del mundo de vuelta.

A las 21 hs se apagaron las luces y salieron a escena Slash, Myles Kennedy y los Conspirators, con Todd Kerns en Bajo, Brent Fitz en batería y Frank Sidoris en segunda guitarra, presentando su nuevo disco World on Fire . Siguiendo la línea de sus compañeros de ruta fusionaron temas nuevos, viejos, covers , además, como no podía ser de otra manera los clásicos de GNR en los que luce su virtuosismo y que fueron hitos de la música de los años 90. El carismático Myles Kennedy compró a los argentinos una vez más con su amplio registro vocal y hasta se animó a hablar en castellano en más de una ocasión. A continuación sonaron los temas: You are a Lie, Nightrain, Halo, Back from Cali, Wicked Stone, Automatic Overdrive, Mr Brownstone, You could be Mine, Fall To Pieces, Beneath the Savage Sun, Starlight,  World on Fire, Anastasia, Sweet Child of Mine y Slither. En otros momentos Todd Kerns se adueñó del micrófono y con una voz mas áspera y cercana al rock agresivo se encargo de los temas de esa índole como fueron: We’re All Gonna Die y Welcome to the Jungle. Otro de los momentos más recordados fue durante Rocket Queen en el cual El Negro tocó uno de sus solos haciendo emocionar a todos los presentes con esa pasión que solo él sabe transmitir y que conquista a un público tan cálido como es el argentino.

Después de dos horas de satisfacción sumadas a las otras dos horas anteriores la banda dio paso a los bises y con ello también a las sorpresas. Primero tocaron It’s so Easy con Mckagan y después Paradise City sumando a la escena a Clarke; ahí estaban: el presente y el pasado juntos, dieron la sensación de estar presenciando un momento diferente pero de algún modo familiar. Una fiesta de papeles de colores y humo seguido por músicos que compartían miradas cómplices y sonrisas… por último un público emocionado, con emociones encontradas, saltando y cantando con la poca energía que les quedaba  tuvo que corear al unísono: “GUNS N’ ROSES GUNS N’ ROSES”  como en los viejos tiempos, los conspiradores con una gran humildad se sumaron al pedido y los tres amigos se encontraron presos de su propia trampa. El objetivo del Galera para su querida Buenos Aires estaba cumplido: era un regalo. Pero también despertó un deseo dormido y mucho más ambicioso. Su respuesta fue un tanto contradictoria “Tienen que sacar eso de su sistema, ¿saben? “Y a continuación sonrió dejando lugar a la duda una vez más sobre la tan esperada y utópica reunión.

¿Axl Rose y Slash habrán resuelto sus diferencias y tendremos la oportunidad de tenerlos otra vez en el lugar del último abrazo? No se sabe, pero lo que si quedó visible es la retribución de estas tres nuevas bandas por todo el cariño que los fans latinoamericanos les ofrecieron durante años y eso es lo que importa, para lo demás habrá que esperar.

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