Después
de siete años de su última visita al país, Queen
volvió una vez más para demostrar quienes mandan en el reino del rock y en esta ocasión se presentaron junto a su
alteza invitada, Adam Lambert.
Fotografia: Queen Argentina
La
ceremonia comenzó a las 22hs, la música ambiental envolvió el lugar y el
escenario fue cubierto por un paño gigante con el clásico escudo real: la “Q”,
los seres zodiacales que representa a cada miembro de la formación original (Mercury, May, Deacon y Taylor) y el fénix,
el animal que irónicamente representa el resurgir de las cenizas. Tal vez como un presagio de lo que sucedería en
el presente y más aun esa noche en Buenos
Aires, que reavivó aquella magia lejana y mítica de la primera visita del ‘81 en Vélez con el legendario Freddie Mercury.
Los súbditos
que esperaban ansiosamente el comienzo del show estallaron en alegría con las
primeras notas de One Vision. Llevó solo una cuestión de segundos que la banda se reverencie ante los
argentinos. Another One
Bites the Dust y Fat Bottomed Girls fueron los que encendieron esa vieja pasión
dormida que esperaba salir de los cuerpos de todos los presentes. Una gran masa saltaba al unísono y se preparaba para In the Lap of the Gods... Revisited que sin dudas es accidentalmente un tema
hecho para que el público argentino haga
lo que mejor sabe hacer: corear y llenar el lugar con una energía que hizo a Lambert preguntarse: “Are you Crazy?”.
El setlist siguió con Seven Seas of Rhye, Killer
Queen , Crazy Little Thing Called Love y Somebody to Love. Uno de los factores sorpresa era el trono: ¿Sería
capaz este vocalista de la nueva generación de sentarse en el lugar de un líder
del calibre de Farrokh Bulsara? En verdad la versatilidad de Lambert llenó las notas a la perfección,
a pesar de la inigualable chispa y color en la voz de Mercury, e incluso en algunos momentos las superó. Se mostró confiado y fue consciente en todo momento que tenía que ganarse su lugar. Reconoció
lo afortunado que era de ser parte de la gira e invitó a todos a participar del
homenaje al gran rey: Freddie Mercury.
De todas maneras no
se dejó avasallar por la situación e incluso jugó un poco con el público desplegando sensualidad
y movimientos descarados para demostrar su lado teatral de una manera
divertida, que en más de una ocasión desencadenó la risa incluso de los fans más
difíciles de convencer.
Pero no todo es diversión. La lista tenía guardada un momento especial.
Un momento en que la banda regaló emoción,
dulzura, sentimientos de melancolía y amor. Empezó con Love of My Life y Las Palabras De Amor (The Words of Love).
Brian May dedicó los temas al público agradeciendo los años de amistad entre la
banda y el país calificando cariñosamente a los argentinos como “copados”.
Solo con su guitarra, recreó ese momento clásico entre él y Freddie ahora cantando junto a su audiencia a través de la pantalla. Esta imagen representó uno de los momentos más emotivos de la noche.
Después llego el momento de Roger
Taylor que demostró sus falsetes característicos todavía intactos en A
kind of Magic, se sumó al solo del bajista Neil Fairclough, retó a un duelo de baterías a su hijo y percusionista de The Darkness; Rufus Taylor y cerró con broche de oro la interpretación del clásico
de la banda originalmente grabado junto a David
Bowie Under Pressure que trajo
otra vez una inyección de adrenalina luego de tanta nostalgia.
Una vez más Adam tomo el mando, desplegó todo su
talento y dejó a más de uno con la boca abierta: I Want to Break Free , Ghost Town ( un tema
propio del vocalista) y Who Wants to
Live Forever que volvió a transformar el clima del estadio en un silencio absoluto, mientras todos
contemplaban asombrados las altísimas notas
del frontman. Seguido por Last Horizon fusionado con un solo de May, terminó por domar a sus salvajes fanáticos
ante el sentimiento y virtuosismo que hacia salir de su característica “Red
Especial”, guitarra que fabricó junto a su padre.
Por último sonaron los clásicos mas enérgicos
de la banda : Tie Your Mother Down, Don't Stop Me Now, Radio Ga Ga, I Want It All y los tan esperados Bohemian Rhapsody, We Will Rock you y We Are
the Champions . El mundo vió por Streaming la locura de la banda y los fans locales que se dejaron llevar por la emoción del
momento. Todos sabían qué hacer en el Protocolo Real; se obedecía lo que
la reina decretó desde hace décadas: se corea hacia el final, se aplaude en el
estribillo y se canta cada himno con el corazón.
El show terminó a la medianoche después
de 26 temas en los que hubo lugar hasta para una selfie tridimensional sacada
por Brian para retratar el momento.
También se lo pudo ver con una camiseta de argentina que va a volver a usar
este domingo, porque si bien dejaron Buenos
Aires la próxima parada es Córdoba
y solo queda preguntarnos cuando volverán. A pesar muchos aseguran que es la última
visita de la corona, May dejó el final abierto cuando publicó hace unas horas
en Twitter : “ We loved
you Buenos Aires folks ! No audence could ever give more ! Muchisimas Gracias !
Hasta Prontito !!! Bri”.