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12/15/2015

PARA EL RECUERDO

Luego de cancelar su gira en 2011, Sum 41 visitó el país por primera vez en una fecha que será difícil de olvidar.
    Fotografía :Gissela Pereyra

Solo faltaba la música introductoria del Bueno, el malo y el feo en la calurosa entrada de Groove. La gente que se encontraba desde tempranas horas de la mañana buscaba como pasar el momento en una interminable fila, que deseaba entrar de una vez al show después de una hora de retraso que parecía no tener fin.  El motivo fue la demora que sufrieron los integrantes de la banda en la aduana del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y que según Jason McCaslin en su cuenta de Instagram sería razón suficiente para no olvidar, pero se equivocaba...Las sorpresas recién empezaban.

Las puertas se abrieron finalmente a las 20hs y una hora después tocó Mal Pasar, la banda punk integrada por Carlos Sassone (Voz y bajo) Mariano Winitzky  (guitarra) Marcos Cassettari (guitarra) Y Damián Sassone  (batería), que con influencias de algunas bandas punk californianas de los 90’s en sus melodías agregaron letras de protesta sobre la distintas problemáticas que traspasan al país, desde una marcada ideología de Izquierda.  Los temas que tocaron fueron:Los mismos errores, Nariz, Rebelarte, Dame Dame, Montañas, Vacaciones en el cementerio, La libertad, Patria y Bandera, 1,2 y3, Motivos
y 4 Sudakas

La multitud se movía como una gran marea en el lugar, rompiendo sus olas en la valla delantera, pero de ninguna manera refrescando a los presentes que saltaban y coreaban los temas que iban sonando por los parlantes mientras esperaban a su banda. Finalmente se escuchó un suspiro general seguido por gritos y ovaciones al ver que el grupo se perfilaba hacía el escenario por la pasarela del local.

Casi a llegando a las 23 arrancaba Sum 41, la banda canadiense integrada por Deryck Whibley (Voz y Guitarra), Dave Baksh (Guitarra), Tom Thacker (Guitarra), Cone McCaslin (Bajo) y Frank Zummo (Batería). Irónicamente sonó Introduction of Destruction y TNT , ambas como aperturas descriptivas de un show que ineludiblemente empezó con un posible desastre pero terminó con miles de caras sonrientes y satisfechas a pesar de los inconvenientes.

Una columna de luces que jugueteaba por todo el lugar elegía a los afortunados de la noche, fans que Deryck seleccionó con ayuda de sus compañeros para que presenciaran el show desde un lugar privilegiado: el costado del escenario. El bajito pero enérgico cantante estaba tan deslumbrado por la poderosa garganta de los argentinos que se perdió en la emoción y recibió un par de retos por parte de seguridad, porque si hubiera sido por el directamente se tiraba al público. Parecía el joven Deryck de 1996.

Los primeros temas fueron: Reason to Believe, Motivation, Over My Head (Better Off Dead), The Hell Song, Makes No Difference, Skumfuk y With Me, la sorpresa de la noche. Miles de brazos se movían de un lado al otro, y una voz que se hacía única en la presencia de todos los que se encontraban allí, en varias ocasiones tapaba al frontman que se lamentaba por no haber visitado el país muchas veces antes. Ya a los pocos minutos se entusiasmó planeando nuevas melodías y juegos para este nuevo instrumento que era el público. Incluso en un momento,  hizo los riffs de Smoke on the Water y Seven Nation Army para testear la capacidad coral de las personas allí reunidas.

“¡Están locos! ¿Saben que están locos no?” Repetía miles de veces Whibley. El eterno adolescente que lleva en su interior, parecía haberse despertado luego de muchos años de tormento y se convirtió en juez que evaluaba con suficiente experiencia las ollas y los pogos interminables durante todo el show. Era imposible parar la electricidad que había en el lugar, ni el calor ni las horas que habían pasado fueron suficientes. Por último dijo “Espero que no estén cansados porque esto recién empieza” y a continuación tocaron : We're All to Blame, Walking Disaster, Underclass Hero, Screaming Bloody Murder, Sick of Everyone y Welcome to Hell . Como un gran director de orquesta dirigió a todos organizando movimientos, coros y demostró ser un buen líder que regaló un gran momento para recordar, seguramente envidiable desde la vista del escenario, como lo fue desde abajo.

Ahora seguía el turno del dúo Baksh- Thacker que tocaron una seguidilla de covers de MetallicaFor Whom the Bell Tolls / Enter Sandman / Master of Puppets)  y  desquebrajaron los miles de amplificadores que tenían a sus espaldas, acompañados rítmicamente por McCaslin y Zummo para luego darle rienda suelta a los clásicos de la banda: Still Waiting, In Too Deep, Pieces, No Reason y Fat Lip con la que rejuvenecieron a los fans mas viejitos que recordaron las épocas de skate,  Jackass, MTV  y el buen punk californiano de los 90’s.

 “Me deben odiar” era el reemplazo del testeo de micrófono del cantante de esta banda que pasó por un mal momento durante el 2011, desencadenante de la cancelación del tour sudamericano y que ahora se había encontrado con esta demora en el aeropuerto. Pero los fans disfrutaron a cada segundo su banda. Algunos los esperaban  aquella vez, otros desde hace 20 años pero el grupo  lo compensó con un tour exclusivo que solo tuvo como paradas Perú y Argentina, tocaron temas que no hacían hace años y para colmo fue el flamante regreso de Dave Baksh.

Una hora fue suficiente para los “Sums” que ahora nos piden ser invitados lo más pronto posible a través de las redes sociales, agradeciendo el cariño de sus fans que hasta les regalaron un fernet. Yo les diría que se levanten y dejen la culpa de lado porque están más que perdonados por los argentinos que ya están esperando el regreso  y ¿Por qué no? Con disco nuevo.

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